Nadie nace preparado para ser padre. En ocasiones llegan a nuestra vida y, aunque no sea el primero, seguimos descubriendo cosas nuevas. Topándonos con sorpresas y nuevos retos. Esa es la crianza, encontrarse todos los días con situaciones distintas que nos arrojan al crecimiento.

Esto sucede hacia ambas direcciones. Así qué primero sugiero seas lo que quieres en tus hijos, guía con el ejemplo. Si no deseas que coman comida chatarra, tu tampoco tengas esos hábitos. Los niños son como esponjas, en muchos sentidos, no permitas que lo que absorban de ti sea negativo.

Afortunadamente, los niños también nacen con un chip impulsado por la curiosidad: lo quieren saber y entender todo. El mundo a veces es contradictorio y confuso. Al ellos darse cuenta, nos sorprenden con sus momentos de pura sabiduría; no los descartes porque son pequeños, sino adopta lo que dicen como un mantra para tu vida diaria. Hay tantas cosas que se pierden al crecer; muchos abandonamos todo sentido de asombro, recupéralo. Toma todo lo positivo de tus hijos.

Muchas de las lecciones más importantes de la vida, las obtendrás de tus hijos, permítete aprender.