Aprendizajes que se comen
Probar todo con la boca es el deseo de hacer ‘suyo’ el medio y de interiorizar las novedades del medio.

Renilde Montessori Xaltepec twitter
Un bebé que acaba de nacer tiene nublados la mayoría de sus sentidos. Escucha los ruidos pero no tiene conciencia de lo que significan. Puede ver, pero no se ha acostumbrado a enfocar y desenfocar. El sentido del tacto es el único sensible, desarrollado antes de nacer. Pero una vez que se encuentra en el mundo, independiente de las funciones maternas, tiene sólo una forma de relacionarse con el mundo.
El sentido del gusto es el primero por el cual el bebé interactúa con el medio. María Montessori, así como el señor Freud, llegó a la conclusión de que la boca se vuelve la herramienta principal del en sus primeros tres años de vida. Probar todo con la boca es el deseo de hacer ‘suyo’ el medio y de interiorizar las novedades del medio.
De esta forma, Montessori llega a la conclusión de que este es un periodo sensible de aprendizaje, y una oportunidad para que los guías le muestren el mundo de una forma comestible. No se trata sólo de dar a probar nuevos sabores, sino de ayudar a que el niño ‘coma’ aprendizajes.
Uno de los ejercicios que recomienda la filosofía Montessori es crear actividades que permitan al niño el conocimiento del medio a través de la comida. Por ejemplo, cuando el pequeño está aprendiendo los colores podemos darle de comer frutas amarillas y decirle que está comiendo el color amarillo.
De esta forma se crea un aprendizaje completo, pues integra conceptos que se vuelven vivenciales y que integran a varios de los sentidos del pequeño.